miércoles, 12 de octubre de 2016

" contigo no, con papa "

Muchos niños pasan por distintas fases, una de ellas, habitual entre los 2 y los 5 años, es ésa en la que prefieren a uno de sus padres y rechazan al otro. ¿Por qué lo hacen? ¿Cómo debemos actuar?.

Estás con tu hijo todo el día, le bañas y le das de comer, dedicas tiempo a los juegos y a las caricias... Pero en cuanto su padre entra por la puerta, tú dejas de existir para él. No te sientas rechazada ni sobrevalores el asunto. Muchos niños pasan por fases temporales en las que tienen preferencia por uno de sus progenitores y rechazan al otro.
VÍNCULOS DIFERENTES
Desde su nacimiento, incluso desde el embarazo, el bebé siente un especial apego por dos personas: su papá y su mamá. El vínculo con cada progenitor es diferente y único y tiene que ver con la capacidad de la madre o del padre para percibir las necesidades del niño y satisfacerlas. También influye la personalidad y la madurez del hijo. Es habitual, por ejemplo, que el pequeño que hasta los 2 años ha dependido más de su madre, de repente a esta edad se decante por papá. Y es que cada progenitor le aporta experiencias distintas: papá suele jugar de un modo impulsivo y emocionante; mamá es más tierna y se adapta mejor a su desarrollo evolutivo. Esto enriquece mucho la vida del pequeño y hace que pase por fases de "mamitis" o "papitis".
REFORZAR LA EMPATÍA
Sin embargo, la situación puede complicarse si los padres compiten por el cariño de su hijo, si uno de ellos invade el terreno del otro o si existe falta de empatía entre uno de los progenitores y el niño. Por ejemplo, si el pequeño es tímido y su padre es muy extrovertido, es posible que éste se impaciente y que el pequeño se refugie en mamá si se muestra más comprensiva.
Es importante que el progenitor que entienda mejor al hijo sirva de puente para que el otro se acerque y aprenda a comprender a su pequeño. Si lo logra, el niño no tardará en darse cuenta y reclamará sus atenciones.
Si no eres el preferido de tu hijo, asume su rechazo como parte de la tarea de ser padres y consuélate pensando que estas preferencias son pasajeras. Pronto repartirá sus afectos entre papá y mamá a partes iguales. ¡Seguro!

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