lunes, 31 de octubre de 2016

Balanitis: inflamación del pendiente del niño

Cuando un niño se queja de dolor al orinar y de excesiva sensibilidad en la punta de su pene, podemos pensar que padece balanitis, un trastorno bastante más habitual de lo que creemos, aunque su nombre no sea muy conocido a nivel popular.

La balanitis es una infección de origen bacteriano que causa con inflamación en el prepucio y en la punta del pene de un niño.

Lo primero que percibirá el niño – o los padres, si es muy pequeño – es que la zona superior del pene está enrojecida e inflamada, lo suficiente hinchada como para sentir dolor solo con el tacto. En algunos casos, incluso puede salir pus de la abertura, lo que resulta muy llamativo y hace que muchos padres se asusten.

Estos síntomas de la infección por balanitis hacen que el niño sienta dolor al orinar y, si la infección es lo suficientemente importante, incluso puede llegar a tener fiebre.

Qué causa la balanitis

La balanitis es una infección causada por una bacteria que se aloja bajo el prepucio del pene, y cuya acción llega hasta el glande.

Esta infección se produce, esencialmente, por un problema de higiene inadecuada. No nos referimos a que el niño ‘vaya sucio’, sino a que esta zona de su cuerpo es realmente complicada de mantenerla aseada la mayoría de veces.

Cuanto más pequeños son los niños, más difícil es que se estén quietos el tiempo suficiente como para limpiarlos de la manera correcta. Esto facilita que se pueda crear un caldo de cultivo para la aparición de la bacteria de la balanitis.

Cómo tratar la balanitis

La balanitis resulta muy aparatosa a simple vista, debido a la hinchazón y a la más que probable presencia de pus en la punta del pene, pero no es un problema grave para la salud del pequeño. Eso sí, es muy incómodo y doloroso para el niño que la padece.

Lo primero que debe hacerse para tratar la balanitis es cambiar – o, al menos, intentar mejorar – sus hábitos de higiene. Es decir, mantener el pene del niño siempre limpio, lo que puede implicar un cambio más frecuente de pañales, si es que aun los lleva y, por supuesto, no olvidar la crema protectora.

Naturalmente, si el niño presenta síntomas de balanitis hay que llevarlo al pediatra para que confirme el diagnóstico, y le prescriba una pomada antibiótica y un control médico. En principio, con esto habría más que suficiente para eliminar la presencia de la infección.

Si mientras se trata la infección, el niño siente mucha molestia puede ser una buena opción remojarle el pene en agua templada, para que se le alivie el escozor.

La principal medida de prevención contra la balanitis es una buena higiene del pene del niño. Esto implica lavarlo cada día y prestar una especial atención a la zona del prepucio.

domingo, 30 de octubre de 2016

El sexo durante el embarazo


    

 

¿Puedo tener relaciones sexuales mientras estoy embarazada?

La mayoría de las mujeres con un embarazo es normal, pueden continuar teniendorelaciones sexuales hasta justo antes de que se te rompa la fuente o bolsa de aguas

Sin embargo, existen algunas circunstancias especiales, en las que necesitarías modificar la actividad sexual o suspenderla del todo, tu doctor o partera orientarán cuando es necesario no hacer el amor durante algún tiempo durante tu embarazo o incluso durante el resto del embarazo.

¿El sexo en el embarazo podría dañar al bebé?

No, un bebé no sufre daño alguno cuando una mujer embarazada hace el amor. El cuello del útero está sellado por una gruesa membrana mucosa que lo protege contra infecciones. El pene no llega más allá del cuello de la vagina, así que no alcanzará al bebé.

¿Hacer el amor puede desencadenar el parto?

No, si tu embarazo es normal y de bajo riesgo. La estimulación sexual o el orgasmo no hace que el parto inicie ni provoca un aborto. Y aunque el orgasmo puede causar ligeras contracciones del útero, estas por lo general no son dañinas y además son temporales. Las sustancias encontradas en el semen llamadas prostaglandinas y la estimulación de los pezones también pueden causar ese tipo de contracciones.

¿Sentiré lo mismo ahora que estoy embarazada?

Muchas mujeres aseguran que las relaciones sexuales cambian con el embarazo. Para algunas son incluso más placenteras por lo menos algunas veces. Otras las encuentran menos placenteras, durante algunos meses, o incluso durante todo el embarazo.

Lo que sucede es lo siguiente. La pelvis tiene más riego sanguíneo durante el embarazo, lo cual puede causar hinchazón de los genitales y aumentar las sensaciones de placer. Además, tienes más flujo vaginal y humedad durante el embarazo, lo que también puede ser una ventaja. 

Por otro lado, quizás estos cambios no te gusten y sientas que esa misma hinchazón te produce una sensación incómoda. Algunas mujeres también sienten cólicos (como los de la menstruación) durante o justo después del acto sexual o un orgasmo. 

Es posible que tus pechos estén hipersensiblesy te duelan al roce, especialmente durante el primer trimestre. Esta sensibilidad generalmente disminuye con el paso de los meses, pero a menudo los pechos siguen estando más sensibles de lo normal. A algunas mujeres esta sensación les parece agradable, mientras que otras prefieren que ni se los toquen. 

Si algo te resulta incómodo, díselo a tu pareja, incluso si es algo que antes hacían siempre. Si notas que sientes deseo sexual, pero no disfrutas con la penetración, considera otras actividades eróticas que no requieran la penetración, como el sexo oral o satisfacerse manualmente. Experimenten para encontrar la forma de hacer el amor que les permita gozar a ambos.

Y recuerda que la intimidad física va mucho más allá del sexo. Si no tienes ganas de tener relaciones sexuales o tu doctor te lo ha prohibido, pueden besarse, abrazarse, acariciarse y sentirse unidos a través de esa cercanía física y afectiva.

Desde que quedé embarazada no tengo ganas de hacer el amor. ¿Es normal?

Hay una gama muy amplia de experiencias individuales en cuanto al deseo sexual durante el embarazo. Algunas mujeres sienten un deseo mucho más intenso cuando están embarazadas, mientras que otras no están muy interesadas en el sexo. Muchas mujeres sienten que su apetito sexual fluctúa, dependiendo quizás de cómo se sienten física y emocionalmente. 

Quizás estés demasiado cansadaindispuestairritable para hacer el amor, sobre todo durante el primer trimestre. Es bastante común sentirse abrumada por los cambios emocionales y físicos que estás experimentando. Pero no te desanimes. En el segundo trimestre, por lo general, el deseo sexual aumenta, una vez que las náuseas y el cansancio se van estabilizando. 

Sin embargo, el deseo disminuye, de nuevo, con frecuencia en el tercer trimestre, sobre todo en los últimos dos meses antes del parto. En este momento quizás estés ya muy grande, dolorida o cansada para hacer el amor cómodamente. Puede que no te sientas a gusto con el aspecto de tu cuerpo o estés preocupada por el parto, que ya está muy cerca. 

Explícale a tu pareja cómo te sientes y asegúrale que lo sigues queriendo. Es crucial mantener una buena comunicación y apoyarse mutuamente mientras pasan juntos por todos estos cambios.

Y mi pareja, ¿me deseará tanto como antes?

La mayoría de los hombres encuentran a sus mujeres tan atractivas como siempre cuando están embarazadas o incluso más, pero no todos. Hay varias razones por las que el deseo sexual de tu pareja puede disminuir durante una parte de tu embarazo. Por ejemplo, quizás está nervioso por la responsabilidad que se le avecina, y esta ansiedad puede afectar su deseo sexual. 

Probablemente la causa más común de la disminución del deseo masculino durante el embarazo es el miedo de que la penetración pueda hacerle daño al bebé. Si tu pareja necesita que lo tranquilicen respecto a este punto, pídele que vaya contigo a una visita prenatal para que el doctor le pueda hablar del tema.

Lo más importante es que hablen sobre sus miedos y ansiedades, así como sobre sus necesidades y deseos. Una buena comunicación puede disminuir la tensión, ayudarles a relajarse y disfrutar el uno del otro y encontrar maneras de crear momentos de intimidad, tanto si incluyen el acto sexual como si no lo incluyen.

¿Es seguro el sexo oral?

En general, el sexo oral es seguro durante el embarazo. Lo que debe evitarse es que tu pareja sople aire en tu área genital. Si entra el aire en la vagina podría causar una embolia por aire (una burbuja de aire que se mete en tu corriente sanguínea). Esto sucede muy rara vez, pero podría poner en peligro tu vida o la de tu bebé.

Tampoco es seguro que tu pareja te haga sexo oral durante el embarazo si tiene un brote deherpes en la boca o siente que le va a salir uno. Y durante el tercer trimestre, si tu pareja ha padecido herpes bucal alguna vez, debería abstenerse por completo de practicar el sexo oral, tanto si tiene síntomas como si no los tiene. (Averigua si es seguro tragar semendurante el embarazo). 

Si no estás segura de si tu pareja tiene o no el virus del VIH (el virus que causa el sida), puedes usar una barrera dental (es una pieza de látex que se coloca entre tus genitales y la boca de tu pareja). Hay evidencias que sugieren que una persona puede transmitir el VIH a otra a través de pequeños cortes o heridas de la boca.

¿Cómo puedo protegerme de las enfermedades de transmisión sexual?

Si corres el riesgo de ser infectada con una enfermedad de transmisión sexual —es decir, no tienes una relación de pareja exclusiva y monógama con una persona que no padece ninguna infección— deberías abstenerte de realizar el acto sexual o, por lo menos, utilizar condones de látex cada vez que tienes relaciones con penetración. Si tú o tu pareja no pueden usar látex, otra opción serían los condones masculinos o femeninos de poliuretano.

¿Cuáles son las posiciones más cómodas?

Quizás tendrás que experimentar un poco con distintas posiciones para encontrar las que mejor te van. Encontrar una posición cómoda se hace más difícil a medida que tu vientre crece. 

Por ejemplo, la posición de misionero (con el hombre arriba) es más difícil a medida que tu embarazo progresa y casi imposible hacia el final del embarazo. (Si usas esta posición después del primer trimestre, tu pareja no debe apoyarse en su abdomen con todo su peso. Ponte una almohada debajo para no estar echada plana sobre la espalda). 

El embarazo les da a algunas parejas la oportunidad de volverse creativos y probar nuevas posiciones. Aquí hay algunas de las más cómodas y algunos truquitos para hacer el amor mientras estás embarazada. ¡Que lo disfrutes!

 Tú mandas. Ponte sobre tu pareja. De esta forma no habrá peso sobre tu abdomen y podrás controlar la profundidad de la penetración.

¡A cabalgar! Pídele a tu pareja que se siente en una silla (resistente) y siéntate sobre él. Esta posición tampoco pone peso sobre el útero.

Suavecito. Échense de lado, con tu pareja detrás tuyo, como dos cucharas pegadas. La penetración así es menos profunda, lo cual a veces se agradece, ya que a medida que avanza el embarazo una penetración muy profunda puede resultar incómoda.

De lado. Si tu pareja se te pone encima, tendriiá que hacer muchas acrobacias cuando tu panza esté ya grandecita. Pero si están medio de lado, contigo de cara a tu pareja, su peso no recaerá de pleno sobre tu útero. Ponte una almohada detrás de la espalda para poder apoyarte y quedar en ángulo.

Sexy. Saca partido de la cama. Si te echas de espaldas con las rodillas dobladas, y con los pies y el fondillo apoyados en el borde de la cama, tu panza no será un obstáculo. Tu pareja puede arrodillarse en el borde de la cama o pararse frente a ti. (Después del primer trimestre, ponte una almohada bajo un costado para no quedar completamente echada plana sobre la espalda).

Firme. Ponte "a cuatro patas", apoyada sobre las manos y las rodillas. Tu pareja puede arrodillarse y penetrarte desde detrás.
No te preocupes, quien la sigue la consigue. Con un poquito de creatividad, seguro que encontrarán la manera de seguir disfrutando del sexo.

¿Hay algún síntoma que requeriría que llamara a mi doctor?

Es normal sentir algo de cólicos durante el acto sexual, durante el orgasmo, o justo después, pero si no se te pasan al cabo de unos minutos, o si tienes dolor o hemorragia vaginal después de hacer el amor, llama a tu doctor.

No dudes en hablar con tu doctor si tienes cualquier pregunta o preocupación sobre las relaciones sexuales, sobre todo si no sabes con seguridad si debes abstenerte de tener relaciones o si tienes miedo de que le harán daño al bebé. Si el doctor te dice que no puedes tener relaciones sexuales, pregúntale si se refiere solamente a evitar la penetración, o si es que debes evitar por completo tener un orgasmo.

viernes, 28 de octubre de 2016

El ejercicio durante el embarazo

Una de las principales dudas que se originan durante el embarazo es conocer si es recomendable hacer ejercicio físico, esto dependerá del tipo de actividad que se practique y sobre todo del estado de Salud con el que cuenta la futura mamá y su bebé.

Se ha demostrado que practicar ejercicio ofrece amplios beneficios tanto en la Salud de la mamá como en la del bebé, sin embargo, es importante informarse sobre qué ejercicios pueden realizarse cuando se está embarazada.

Los ejercicios apropiados para realizar durante el embarazo son aquellos que son calificados como de “bajo impacto”, es decir, aquellos que no necesitan de un gran esfuerzo físico para ser realizados,  por ejemplo:

    Natación
    Caminata
    Yoga prenatal
    Aerobics de bajo impacto

Por el contrario, existen ejercicios que están contraindicados y que el realizarlos puede poner en peligro la estabilidad del bebé, por ejemplo:

    Deportes de contacto como el futbol, baloncesto y hockey, ya que estos aumentan el riesgo de que la mujer sufra un traumatismo abdominal.
    Deportes de alto riesgo de tener una caída, por ejemplo, el esquí, montar a caballo y la gimnasia.
    Submarinismo
    Ejercicios que impliquen alturas mayores a los 2 mil metros, por ejemplo el rápel y montañismo.

Practicar ejercicios de bajo impacto trae beneficios durante el embarazo, algunos de ellos son:

    Prevención primaria de la diabetes gestacional.
    Prevención de la hipertensión gestacional.
    Garantiza partos a término, recién nacidos de más peso y mayor rapidez al momento del parto.
    Menor riesgo de cesárea en pacientes nulíparas.
    Menor tendencia a la depresión y a la ansiedad durante el embarazo y postparto.
    Disminución de fatiga y náuseas.

Si estás embarazada, y ya decidiste iniciar con una rutina de ejercicios de bajo impacto te recomendamos los siguientes consejos:

    Asegúrate de que tu rutina de actividad física sea segura y amena.
    Los ejercicios deben promover la resistencia y la coordinación.
    Procura hacer el ejercicio al menos tres veces por semana, esto es mejor que la actividad física ocasional e intensa, seguida de largos periodos de inactividad.
    Comienza con ejercicios de intensidad muy leve y auméntalos de forma progresiva.
    Evita movimientos bruscos, saltos e impactos corporales.
    Evita actividades físicas que supongan:
    Hacer ejercicios en los que se tenga que realizar un esfuerzo ya sea en posición boca arriba o boca abajo.
    Ejercicios que impliquen realizar Maniobras de Valsalva, que es una técnica en la que se intenta exhalar aire con la boca y nariz cerradas.
    Hacer ejercicios que impliquen el aumento de la temperatura.
    Flexión o extensión excesiva de las articulaciones.
    Movimientos bruscos.
    La frecuencia cardiaca no sobrepase los 140 latidos por minuto.
    Procura realizar ejercicios de calentamiento para prevenir lesiones musculoesqueléticas.
    Recuerda que la actividad física intensa no debe superar los 15 minutos. Se puede reanudar tras un breve período de reposo.

Es importante que estés al pendiente sobre los siguientes signos de alarma que te ayudarán a darte cuenta sobre cuando finalizar el ejercicio durante el embarazo:

    Sangrado vaginal.
    Disnea de reposo.
    Vértigos.
    Dolor torácico.
    Debilidad muscular.
    Dolor en el pubis.
    Dolor o quemazón en la pantorrilla.
    Sospecha de pérdida de líquido amniótico.
    Contracciones uterinas.
    Disminución de movimientos fetales.
    Hidratación correcta
    Antes de iniciar una actividad física se debe de investigar la existencia de problemas médicos u obstétricos que la contraindiquen.

Sin duda, el ejercicio durante el embarazo es una gran fuente de energía y bienestar, sin embargo, recuerda consultar el tipo de actividad física que realizarás con tu ginecólogo, ya que él tendrá la mejor respuesta sobre cuidado que tú y tu bebé necesitan.

miércoles, 12 de octubre de 2016

" contigo no, con papa "

Muchos niños pasan por distintas fases, una de ellas, habitual entre los 2 y los 5 años, es ésa en la que prefieren a uno de sus padres y rechazan al otro. ¿Por qué lo hacen? ¿Cómo debemos actuar?.

Estás con tu hijo todo el día, le bañas y le das de comer, dedicas tiempo a los juegos y a las caricias... Pero en cuanto su padre entra por la puerta, tú dejas de existir para él. No te sientas rechazada ni sobrevalores el asunto. Muchos niños pasan por fases temporales en las que tienen preferencia por uno de sus progenitores y rechazan al otro.
VÍNCULOS DIFERENTES
Desde su nacimiento, incluso desde el embarazo, el bebé siente un especial apego por dos personas: su papá y su mamá. El vínculo con cada progenitor es diferente y único y tiene que ver con la capacidad de la madre o del padre para percibir las necesidades del niño y satisfacerlas. También influye la personalidad y la madurez del hijo. Es habitual, por ejemplo, que el pequeño que hasta los 2 años ha dependido más de su madre, de repente a esta edad se decante por papá. Y es que cada progenitor le aporta experiencias distintas: papá suele jugar de un modo impulsivo y emocionante; mamá es más tierna y se adapta mejor a su desarrollo evolutivo. Esto enriquece mucho la vida del pequeño y hace que pase por fases de "mamitis" o "papitis".
REFORZAR LA EMPATÍA
Sin embargo, la situación puede complicarse si los padres compiten por el cariño de su hijo, si uno de ellos invade el terreno del otro o si existe falta de empatía entre uno de los progenitores y el niño. Por ejemplo, si el pequeño es tímido y su padre es muy extrovertido, es posible que éste se impaciente y que el pequeño se refugie en mamá si se muestra más comprensiva.
Es importante que el progenitor que entienda mejor al hijo sirva de puente para que el otro se acerque y aprenda a comprender a su pequeño. Si lo logra, el niño no tardará en darse cuenta y reclamará sus atenciones.
Si no eres el preferido de tu hijo, asume su rechazo como parte de la tarea de ser padres y consuélate pensando que estas preferencias son pasajeras. Pronto repartirá sus afectos entre papá y mamá a partes iguales. ¡Seguro!