lunes, 29 de febrero de 2016

Adaptación a la guarderia

Estamos en días complicados para muchos niños y para sus padres porque son días en que los niños están empezando a ir a la guardería por primera vez y días en que están haciendo el periodo de adaptación a esta nueva vida que llevarán a partir de ahora.

No existe una receta mágica que haga que los niños entren felices y contentos a la guardería, pero sí hay algunas recomendaciones y pautas que pueden seguirse para tratar de ayudar a los niños a que este complicado proceso sea mejor o para que, como mínimo, se sientan comprendidos. A continuación vamos a explicaros cómo (tratar de) ayudarles a vivir mejor el periodo de adaptación a la guardería.
Tened en cuenta que ellos no han pedido ir a la guardería

Lo siento, pero tengo que decirlo para, a partir de esta base, construir el resto de recomendaciones al respecto: los niños no piden ir a la guardería, al menos no la mayoría. Si por ellos fuera estarían siempre con mamá o con papá, jugando con ellos, pasando tiempo con ellos, creciendo como seres emocionales que aún no saben nada de la vida.

Es cierto que ven niños y se tiran, es cierto que les encanta compartir espacio con otros niños, pero también es cierto que no cambiarían a un niño por su madre. Dicho de otro modo, ver que quieren estar con otros niños no significa que los sustituiría por mamá durante varias horas al día, sino que les gustaría estar un rato con ellos y con mamá a la vez.

Si hablamos de niños más pequeños (habréis deducido que hablaba de niños de más de un año) la premisa sería la misma: con mamá y papá están mejor. Sé que mucha gente cree que la guardería es beneficiosa para los niños, que les ayuda a socializar o algo así. Sin embargo lo más recomendable es que pasen los primeros años con sus padres, en un entorno conocido y estable. La guardería, la escuela infantil, queda entonces como una solución a un problema, que no es otro que la ausencia de un cuidador.

Mamá y papá trabajan, pues no hay más, alguien tiene que cuidar de ese niño, o una cuidadora de la familia, o una contratada, o una escuela infantil.

Sabiendo que ellos no lo elegirían

Entonces, sabiendo que ellos no elegirían ir a la guardería (repito, que sé que esto que digo puede ser doloroso, pero es que es así y es necesario comentarlo), los padres debemos tener en cuenta que pueden llevar muy bien la adaptación, la pueden llevar regular y la pueden llevar fatal, y debemos ser conscientes de por qué lloran, de por qué lo pasan mal y, de ese modo, tener claro que debemos ayudarles cuanto más, mejor.

Anticiparles lo que va a pasar

Sé que muchos niños ya han empezado el periodo de adaptación y quizás este consejo llegue un poco tarde, pero lo comento porque aún cuando ya hayan empezado se puede seguir trabajando en casa. Este consejo es para niños que ya entienden un poco lo que sucede, que ya conocen el juego simbólico, a través del cual emulan la vida diaria con sus muñecos o representando personajes.

Hablamos de ello hace un tiempo como consejo para niños que empezaban el colegio, pero sirve también para niños más pequeños, siendo conscientes, claro, de que el nivel de entendimiento será menor.

La idea es representar la vida en la guardería con muñecos para que ellos se anticipen a lo que va a pasar. Se puede hacer también representando personajes, el niño haciendo de sí mismo, por ejemplo, y mamá o papá haciendo de la educadora infantil.

A través de los personajes se crean diálogos y situaciones cotidianas para que el niño las vaya conociendo, como por ejemplo la llegada, con un “Buenos días, Martín. Soy Ana, ¿me das un abrazo? ¿Qué tal has dormido hoy? ¿Quieres que juguemos mucho? Genial, pues vamos a decirle adiós a mamá y a explicarle que hoy vamos a jugar a un montón de cosas”.

Cuanto más juguemos a ello, cuanto más entrenemos los personajes más veces vivirá la guardería en un entorno agradable (la vivirá en la imaginación, claro) y más cotidiano se le hará aquello que luego vivirá sin nuestra compañía. Sería, para ejemplificarlo, como los astronautas que se someten a duros entrenamientos para luego poder vivir en el espacio. Estaremos jugando a ir a la guardería y así, cuando vaya, sentirá (un poquito) que ya conoce el ambiente y la dinámica.

Darles el tiempo que necesiten

Con respecto a los periodos de adaptación hay dos problemas que hacen que la cosa no acabe de ir bien: que en la guardería sean demasiado estrictos y no permitan un periodo flexible para el niño y/o que los padres no puedan hacer el periodo de adaptación tan largo como el niño requeriría, por cuestiones de trabajo.

Una persona no se adapta a un nuevo ambiente, a un nuevo lugar y a nuevas personas en dos horas ni en dos días. Los niños tampoco. La finalidad del periodo de adaptación es que el niño vaya conociendo el nuevo entorno, su nueva cuidadora y sus nuevos amigos y amigas para que acabe sintiendo que está en un sitio seguro, no amenazante, incluso cuando su madre o padre no están con él.

Algunos niños tienen suficiente con tres o cuatro ratitos para llevarlo bien, otros niños pueden necesitar hasta un mes y hay niños que pueden estar un año entero (en este caso, más que adaptarse, casi podríamos hablar de resignarse). El caso es que lo ideal es que el primer día entremos con el niño y estemos con él, conociendo el nuevo ambiente.

Ese primer día la cuidadora puede conocer al niño, establecer un contacto con él y los padres, todos juntos, crear un clima de confianza en el que el niño pueda ver que es una persona que puede formar parte de su círculo de personas de confianza.

Al día siguiente los padres podrían entrar también con el niño, creando la cuidadora alguna dinámica en la que participe, pero excluyendo a los padres, que pueden despedirse del niño un ratito (“salgo aquí fuera un momento”) si se queda tranquilo o quedarse si no es así.

Y así, poco a poco, el niño debe ir pasando más tiempo con la cuidadora y menos tiempo con los padres.

He hablado del primer y segundo día como si fuera una pauta, pero no lo es. Simplemente he comentado lo que a mí me parecería normal que se hiciera, que el proceso fuera paulatino y que el niño no se sintiera abandonado, sino formando parte de un nuevo ambiente seguro para él.

Hay guarderías que al segundo día ya no permiten la entrada de los padres (muchos niños lo llevarán mal, por ser totalmente inflexibles) y hay guarderías que tienen las puertas abiertas, es decir, que permiten que los padres hagan el periodo de adaptación como consideren mejor (me quedo varios días un rato y cuando veo que juega tranquilo me despido de él, me quedo con él un rato, veo como juega y luego nos vamos los dos a casa, etc.).

Todo está en encontrar el equilibrio justo para que el niño no lo pase mal (o lo pase lo mejor posible) teniendo en cuenta, como he dicho antes, que si ellos pudieran elegir, escogerían otra cosa.

Despídete, siempre

Son muchos los niños que, por desgracia y por no usar el sentido común, se han sentido literalmente abandonados en la escuela infantil. ¿Conocéis la amarga sensación de estar en un supermercado y darte cuenta de que tu hijo no está a tu lado? ¿Recuerdas qué se siente cuando caminas por varios pasillos y no le ves? Desaparecido. Estaba a tu lado y de repente ya no está. Luego lo encuentras jugando, tranquilo, en cualquier sitio y le dices “¡no te separes de mí, que no sabía dónde estabas! ¡Menudo susto me has dado!”.

Pues es curioso que, teniendo esto en cuenta, los mismos padres sean capaces de aprovechar un momento en que el niño está entretenido para desaparecer y es aún más curioso (o absurdo) ver que son las mismas educadoras las que les hacen gestos de “vete, vete” porque han conseguido tener al niño entretenido.

Está claro que de este modo cuando la madre o padre se va el niño está tranquilo. “Qué contento se queda mi niño en la guardería”, podrá hasta pensar algún padre. El problema es lo que sucede cuando el niño se da cuenta de que se ha quedado “solo”. Ahí llega el momento en que se siente confuso, abandonado y vendido a su suerte. No sabe cuándo se ha ido y no sabe cuándo volverá.

Luego, lógicamente, cuando el niño está con sus padres no les deja ni respirar, no se separa de ellos porque no sabe cuándo, por arte de magia, volverán a desaparecer. Incluso duermen mal despertándose varias veces para cerciorarse, con cada despertar, que sus padres no se han volatilizado otra vez.

Hay que despedirse de los niños, siempre. Un besito, “te quiero”, “me voy a trabajar”, “luego vuelvo”, “pásatelo muy bien, aprovecha para jugar mucho”, etc. Le estás explicando que te vas, le comunicas que durante un rato no vas a estar y que luego vas a volver. El niño se quedará quizás (probablemente) llorando, porque él se quiere ir contigo, allí donde vayas, pero no pudiendo ser, al menos tiene la información. Es lo justo y es lo lógico. Luego en casa, si nadie dice “me voy”, no tendrá motivos para pensar que se va a quedar solo en cualquier momento.

Digamos que la diferencia está clara. En el primer caso el niño se queda tranquilo pero luego lo pasa mal el resto de la mañana por sentirse abandonado. En el segundo caso el niño se queda mal, pero con el tiempo entiende que siempre hay una despedida y un reencuentro y es capaz de enmarcar ese tiempo “solo” entre ambos momentos, el “Hasta luego” y el “Hola, mi amor”.

Lo cierto es que lo he argumentado mucho y realmente no hacía falta tanto: uno se despide porque es lo correcto, lo respetuoso. ¿Cómo os sentís cuando alguien se va sin decir adiós?

Comprensión

El último consejo, pero no por ello el menos importante (de hecho yo diría que es el más importante), es el de ser comprensivos, muy comprensivos y ser muy empáticos.

Tratad de poneros en su piel para saber qué siente y por qué lo siente, apoyadle y ayudadle y tened en cuenta que, si cambia un poco su relación con vosotros cuando está en casa, demandando más contacto y más tiempo con vosotros debéis hacer lo posible por dárselo, porque os está pidiendo que le demostréis que le seguís queriendo.

Separarte de la persona más importante de tu vida es muy difícil, si además esa persona es tu guía, tu referente, tu apoyo en los malos momentos, no sólo puedes sentirte triste, sino también desubicado y sin saber qué rumbo coger (“acabad con el capitán y sus soldados no sabrán qué hacer”).

Poco a poco debe ir apareciendo la educadora, esa nueva persona que le hace de guía durante unas horas, con la que debe coger confianza. Como hemos dicho, esto no sucede en pocas horas ni en pocos días, por eso es necesario que ofrezcamos a nuestro hijo todo el apoyo posible para que el cambio sea tan suave como logremos conseguir

lunes, 22 de febrero de 2016

Lo mejor eres tu..

La maternidad es una carrera de obstáculos para muchas jóvenes madres que han de compaginar trabajo y familia con las nuevas obligaciones derivadas de la llegada de los críos. Una llegada que, en el caso de las primerizas, viene acompañada muchas veces de dudas y cuestiones que ni siquiera en pareja saben solventar. O eso creen, porque lo importante es el amor y el calor que se da al bebé.

Ese es al menos el mensaje que se esconde detrás de la sabia lista que un pediatra colgó en un cartel de su consulta y que se ha hecho viral tras ser compartido por una madre en la página de comunidad de Facebook denominada ‘Partos múltiples’. Ahora son miles las personas que lo comparten en redes sociales, sobre todo amigas que ven agobiadas a las madres primerizas de su entorno.
Dice “grandes verdades” como que hay que huir de “lo que dice tu amiga” o de las formas supuestamente ideales de alimentar, coger o tumbar a los críos.

“Lo mejor no es lo que dice tu madre”, indica significativamente la lista en uno de sus puntos que detalla en su última parte que “lo mejor eres tú”, “lo mejor realmente para tus hijos eres tú”.

Un mensaje liberador basado en la máxima de que “lo mejor es lo que te permite ser a ti feliz con tu familia

viernes, 19 de febrero de 2016

Cuidados sobre el cordón umbilical del recién nacido

Qué es el cordón umbilical?
Se trata de una prolongación de piel que une el útero materno y lo que será el ombligo del bebé. A través de este conducto, el bebé tomará los nutrientes y el oxígeno de la madre para poder formarse y crecer. 

¿Qué se hará con el cordón tras el alumbramiento?
3 minutos, aproximádamente,  tras finalizar el alumbramiento, se colocará una pinza de plástico a unos 4 cm del abdomen del bebé y se cortará definitivamente la unión de madre-hijo de forma indolora para evitar sangrado. Quedará entonces una especie de muñón en el extremo distal del cordón del bebé, de color gris-amarillento (como aparece en la imagen superior) y que irá adquiriendo color negruzco con el tiempo a medida que vaya secando.

¿Cuándo se desprende el cordón umbilical?

- Parto normal (parto eutócico): 5º-12º día del nacimiento.
- Cesárea: 12º-15º día. Si el cordón es de un grosor amplio, necesitará más tiempo para secar y por ello, más tiempo en caer.

--> Si tardara > 25 días, se recomienda consulta con su pediatra. Esto puede implicar:
           - Cultivo propenso a infección por estar la herida fresca y húmeda.
           - Anomalía del recién nacido.

Curas del cordón umbilical
Nuestro objetivo como padres es conseguir que el cordón se seque rápido para lograr su desprendimiento y evitar infecciones:

 --> Materiales :
          - Alcohol 70º/ Clorhexidina --> Bajo coste/eficaz/accesibilidad
          - Suero salino fisiológico 
          - Gasas estériles

1. Lavarse bien las manos antes de empezar las curas con agua y jabón desinfectante. 

2. Retire la gasa que en ese momento esté envolviendo el cordón. Si está pegada a la piel, puede utilizar suero en un pequeño chorro para humedecer la gasa pegada y poder retirarla con más facilidad.

3. Tiramos de la pinza de plástico hacia arriba para poder acceder a la zona en la que la piel del bebé y el cordón se unen. Esa es la que más nos interesa curar, así que con cuidado pero sin miedo.

4. Limpiaremos con una gasa el cordón (mediante movimientos de rotación alrededor), manipulando solamente las esquinas de la gasa con nuestras manos, para que la zona central de la misma esté intacta para el contacto con el ombligo del bebé. Con otra gasa diferente, limpiaremos la parte distal del ombligo que lleva la pinza.

5. Este punto solo lo llevaremos a cabo en caso de tener un ombligo infectado, que supura, huele mal o tiene mal aspecto--> No aplicaremos el alcohol directamente sobre la piel del bebé. Sino que utilizaremos una gasa abierta y enrollada para formar con ella una tira alargada y fina, que será impregnada en alcohol 70º y daremos vuelta alrededor del ombligo. Realizar este proceso 2-3 veces al día (una de ellas tras el baño), así como cada vez que se ensucie.

6. La gasa que queda enrollada no debe quedar excesivamente empapada, pues dejaríamos el área humedecida, haciendo que la piel del bebé pueda irritarse e impida su secado.

Antisépticos utilizados para la cura del cordón en caso de infección
- Alcohol 70º; el que normalmente se utiliza en el hospital es el alcohol 90º, pero nosotros en este caso preferiremos el alcohol 70º para la suave piel del bebé.

- Clorhexidina; la Asociación Española de Pediatría recomienda este antiséptico para la cura de cordón pues no produce dolor ni toxicidad al contacto con la herida (al ser la cantidad que se utiliza muy pequeña). No tiene color, nos deja valorar la evolución del ombligo y no mancha la ropa.

- No se utiliza:
      - Talcos/Polvo
      - Yodos (Betadine); por alteraciones tiroideas al absorberse a través de la fina piel del bebé. No utilizar hasta niños mayores de 3 años.
      - Mercromina; riesgo de hipersensibilidad con enrojecimiento del culito del bebé, dermatitis de contacto y dificultad para valorar la evolución de la cura al tener un color rojizo que nos enmascara la apariencia del cordón.

--> Aun así, también os comento la opinión de la O.M.S (Organización Mundial de la Salud) que recomienda: mantener cordón seco y limpio sin necesidad de antiséptico porque todo mamífero es capaz de curar su cordón por sí solo con el tiempo. A esto hay que añadir que la colonización bacteriana del cordón será mayor si tomamos esta postura.

Recomendaciones
- Mantener seco y limpio para evitar infección, impidiendo que se ensucie con orina o heces del pañal; tener en cuenta que al ser de un material absorbente, la orina irá ascendiendo por el pañal hasta la zona del ombligo.Si observamos manchas en el cordón, lavar con agua y jabón neutro de bebé y tras esto, un secado meticuloso de la zona. 

- Dobla la parte alta del pañal hacia abajo para que el contacto con el aire acelere el proceso de secado. 

- La utilización de ombligueros, vendas o esparadrapos no está indicado. No acelera la curación de la herida y puede provocar lesiones en la piel así como facilitar el vómito por compresión abdominal. 

- No sumergir totalmente al niño en bañera durante su aseo hasta que el cordón tenga aspecto seco (3-4 días tras la caída del cordón), pues esto supondrá un enlentecimiento del secado. Deberá hacerse el lavado por zonas con la ayuda de una esponja o bien sumergiéndolo en la bañera intentando no mojar en exceso el ombligo. Asegurar su secado interno cuando finalice el baño, utilizando una gasa estéril (sin miedo a la hora de introducir en la zona interna del ombligo). 

- Nunca estirar el cordón para arrancarlo aunque sea un hilo fino el que los une. Habría riesgo de hemorragia importante. ---> No confundir con el pequeño sangrado que mancha la gasa tras la caída del cordón de forma natural.

Cuándo algo no marcha bien...

- Fiebre; el muñón del cordón umbilical es la fuente de infección más usual en recién nacidos. Acuda a su pediatra.
- Secreta líquido amarillento que coincida con carácter maloliente. Estos signos son propio de infección umbilical u onfalitis. Acuda a su pediatra.
- Sangrado varios días consecutivos.
- Piel periumbilical roja e inflamado, signo de una incorrecta cicatrización.
- Si una vez caído el cordón, al hacer esfuerzos (llanto), notas que el ombligo sale hacia afuera, posiblemente se trate de una hernia umbilical. Es algo inofensivo y suele curarse solo con el tiempo aunque es necesaria una visita de control por el pediatra.
- Cuando veas un bulto rosa y húmedo una vez desprendido el cordón, puede tratarse de un granuloma. Se tratará como a continuación se indica.

Tras caída del cordón
-Ya podremos guardar como ''oro en paño'' este trocito de cordón unida a la pinza de plástico. 

-Tras caerse el cordón, la herida sigue presente, con lo que seguiremos con las curas hasta que las gasas procedentes del cordón, no manchen (suele tardar 3-4 días desde la caída del cordón). 

-Cuidado con los ombligos que forman un hueco hacia adentro, como escondido, puesto que la poca aireación retardará su secado, dejando entrever una piel húmeda y rosada al abrir los pliegues del ombligo.

                                                    ---> ¿Qué hacer?

Acuda a una enfermera para hacer una cura con nitrato de plata. Consiste en un filamento de plástico, con un extremo de nitrato de plata, que al ponerle en contacto con suero, se activa y lo tenemos listo para dar unos toquecitos sobre la piel húmeda interna que tarda en secar. Proceso no doloroso. Suele ser una única cura.

Es parte del proceso normal de la cura que el nitrato de plata deje una mancha grisacea en el ombligo, así como la piel circundante. No hace falta frotar para retirarlo, porque se irá borrando poco a poco con el roce del pañal y de la ropa.

No se lleva...
Poner una moneda sobre el ombligo para aplanarlo; puede desarrollar infección y causa molestias estomacales.

Lo principal para una buena curación del ombligo es mantener la zona limpia, seca y fuera del contacto de líquidos como la orina que pueda infectarlo

martes, 16 de febrero de 2016

Cuando podemos dar chocolate al bebé?


El chocolate es un alimento que a los adultos nos suele encantar y es que, ¿a quién no le gusta disfrutar de un buen chocolate? Sin duda es todo un lujo para comer que hay que saber comer con moderación para no engordar más de la cuenta, para no tener demasiada grasa en el organismo y para que además, se puede disfrutar (¡lo poco gusta y lo mucho cansa!).

Pero como es un alimento que nos gusta tanto que enseguida nos preguntamos cuándo sería el momento ideal de darle a probar a los pequeños de la casa este delicioso manjar. Y es que el chocolate es algo que le puede gustar a cualquier bebé pero no siempre estamos informadas de cuándo se le puede dar chocolate a nuestros bebés (¡por mucho que les guste!).

En la actualidad existen diferentes tipos de chocolate y es oportuno conocerlos para saber cuál es el mejor para el bebé y también para saber cuándo es el mejor momento para tomarlo.

El chocolate en polvo

El chocolate en polvo es una preparación azucarada muy fácil de digerir especialmente diseñadas para bebés, no contiene ingredientes grasos como el que contiene los de chocolate en tableta que son demasiado elevados. El chocolate en polvo es el que suelen consumir los pequeños de la casa e incluso cuando no son tan pequeños.

Además este tipo de chocolate puede ser muy útil sobre todo cuando no les gusta el sabor de la leche, así si se le añade a la leche un poco de chocolate en polvo, los niños pueden disfrutar de su vaso de leche y de todos los beneficios que les aporta a su organismo.

A partir de los 5 o 6 meses

Cuando los bebés ya alcanzan los 6 meses de edad se les puede añadir este chocolate en polvo a los biberones de los pequeños si no quieres que te rechacen la leche sola.

A partir de los 12 a 15 meses

Será a partir de los 15 meses cuando los bebés empiezan a rechazar algunos alimentos y es más complicado que tome la leche sola si no le gusta demasiado el sabor (sobre todo por la leche de fórmula). En este caso también puede ser una muy buena solución darle al niño un poco de leche con chocolate en polvo.

El chocolate en tableta

El chocolate en tableta es una mezcla de mantequilla de cacao, azúcar y cacao natural (depende del tipo puedes encontrar desde el 40 al 80% de cacao). El cacao tiene propiedades interesantes y además aporta muchos minerales como el potasio, el magnesio, el fósforo, hierro y vitaminas del grupo B como las vitaminas B2 o B9 e incluso puede tener ciertas cantidades de fibra.

Pero además hay que tener en cuenta que también tiene una sustancia demasiado estimulante para los niños que se llama teobromina. Esta sustancia ejerce una acción muy estimulante en el sistema nervioso.

No dar chocolate hasta que pasen los dos años

El chocolate en tabletas u otro tipo de chocolate en los alimentos es mejor no darlo a los niños hasta que pasen los dos años de edad. Lo mismo ocurre con el chocolate fundido que se utiliza en postres o tartas ya que es mucho más alto en contenido graso y por esto cuesta más de digerir.

A partir de los tres años

Será a partir de los dos años y medio e incluso a partir de los tres años cuando ya se le podrá empezar a dar mousse de chocolate o trocitos de frutas bañadas en chocolate fundido. Es algo que a los niños les encanta y además estarás potenciando la toma de fruta. Y cuando ya haya pasado los tres años ya podrá disfrutar de los postres y tartas, ¡pero siempre con moderación!

Entonces, ¿puedo o no puedo dar chocolate al bebé?

Llegados a este punto es posible que ya sepas si debes o no debes darle chocolate a tu bebé, pero si tienes dudas no te preocupes porque a continuación te voy a hablar un poco más sobre este tema ya que hay que tener una cosa más en cuenta: la cafeína.

El chocolate contiene pequeñas cantidades de cafeína y aunque a los adultos no nos molesta ni nos enteramos, es muy importante no dar cafeína a tu bebé, porque cualquier cantidad podría causarle reacciones negativas.

Como te he comentado antes, el chocolate también contiene estimulantes y además junto con el azúcar combinado con la grasa de la leche puede ser un cóctel que al bebé le cueste asimilar. Y teniendo en cuenta cómo te he dicho más arriba que también contiene teobromina, ¡hasta para los adultos puede causar un efecto estimulante! Así que imagínate para los bebés o niños demasiado pequeños.

Además dar chocolate  a los pequeños también sería darles anandamida que también produce estimulación en el cerebro. Por tanto y por estas razones es mejor que alejes a tus hijos del chocolate al menos hasta que tenga dos años. Antes de esto podrás darle siempre que el pediatra no te diga lo contrario el chocolate en polvo para endulzar la leche.

¿En qué puede afectar a tu bebé?

En general a los bebés de menos de un año deben evitar el chocolate a toda costa y si es a los bebés de menos de dos años, mejor. Sobre todo el chocolate negro y el con leche porque son los que más cafeína contiene que como hemos dicho antes una forma de afectar a los pequeños es siendo un estimulante.

Cuando pasan del año de edad pueden probar pequeñas cantidades de chocolate blanco que contiene menos cafeína, pero el alto contenido en azúcar hace que no sea un alimento adecuado para un bebé.

Además podría afectarle en la digestión haciendo que le resulte pesada o que incluso se provoque efectos negativos y dolorosos. Incluso también podría causarle caries dentales que le afectarían a sus dientes futuros.

Es mejor que tú disfrutes de tu tableta de chocolate y que esperes a que tu hijo tenga la edad suficiente para que pueda disfrutar del chocolate a tu lado.

jueves, 11 de febrero de 2016

Porque prefiero seguir los consejos de “Dormir sin Lágrimas” de Rosa Jové frente al “Método Estivill” para dormir a mi bebé

En la sociedad occidental se ha convertido en un problema el dormir a los bebés.

Pero resulta que en países teóricamente menos desarrollados, esto no resulta ser un problema. ¿Qué nos ha pasado?

Todo nace del hecho que nuestras espectativas sobre el sueño infantil están muy alejadas de la realidad. Y es que los bebés tienen ritmos y necesidades respecto a su sueño muy diferentes a las de los adultos.

Además, se añade el tema de que los adultos llevamos horarios muy estrictos, jornadas laborales fuera de casa muy exigentes, y que no coinciden en absoluto con los ritmos y necesidades de un bebé.

De ahí que han aparecido un montón de métodos tipo “1-2-3-a-dormir” que teóricamente facilitan que un bebé duerma (o que simplemente deje en paz a a sus padres), no lo que necesita él, sino lo que desean sus padres.

En este artículo quiero comentar los 2 métodos más “de moda” hoy en día en España y que además recomiendan acciones totalmente opuestas: el llamado “método Estivill” y el “dormir sin lágrimas” de Rosa Jové.

 

El origen y las características del método Estivill

Hace varias décadas, justo coincidiendo con la entrada masiva de la mujer en el mundo laboral (¿casualidad?), el Dr. Ferber desarrolló un método para adiestrar el sueño de los bebés.

Este método consistía en poner a domir a los bebés solos y dejarlos llorar a intervalos cronometrados, cada vez más largos, con la intención de que al final dejaran de llorar y se durmieran, normalmente de cansancio.

Resulta que este método tuvo éxito en el mundo anglosajón, y hace pocos años, el Dr. Estivill lo adoptó en España, donde se bautizó como el “Método Estivill” y vendiendo multitud de libros con este sistema.

En la portada del libro (ver foto a la derecha) se puede intuir la esencia del libro: un bebé durmiendo solo, incluso con un posado algo duro, parecido más al de un adulto que al de un bebé, con una expresión un poco ruda y los puños casi cerrados (como si estuvieran ligeramente tensos).

 

El origen y las características del “Dormir sin lágrimas” de Rosa Jové

Unos años más tarde que el Dr. Estivill, la Dra. Rosa Jové escribió el libro “Dormir sin lágrimas”, donde explica las necesidades que tienen los bebés para conciliar el sueño.

El libro detalla las características del sueño infantil, tan distintas a las de los adultos y los ancianos, y las pautas y sugerencias que ayudan a que estos niños duerman plácidamente, tal vez menos tiempo seguido del que nos gustaría a los adultos, pero en definitiva, durmiendo lo que necesitan según su desarrollo.

En el libro también se presentan numerosos estudios científicos que demuestran que los métodos de adiestramiento como el método Estivill dejan secuelas y tienen efectos nocivos.

En la foto de la portada del libro (ver foto de la derecha) se puede observar la esencia del libro: un bebé durmiendo en una posición típica de bebé, a diferencia de la anterior, y con la mano de una mujer (se intuye que es la de su mamá) en su espalda, transimtiéndole calor, cercanía y acompañamiento. Incluso cuando miro fijamente la cara de este bebé, me parece que sonríe un poco.

 

¿Cuál es el mejor método para dormir a un bebé?

Se ha escrito mucho sobre si es mejor un método u otro.

Incluso hay una exhaustiva investigación presentada en la página www.suenoinfantil.net sobre las consecuencias dañinas del método Estivill y otros similares, y las necesidades de un bebé en su primera infancia que respetan las pautas marcadas en el libro “Dormir sin lágrimas”.

Pero de hecho, ambos libros han sido escritos por doctores. Y entonces, ¿a quién hacemos caso?

Bien, pues para mí, para decidir cuál es el mejor método para dormir a mi hijo, solo me hizo falta hacerme una sola pregunta:

“¿Y yo, a quién preferiría como padre o madre para dormir, al Dr. Estivill o a la Dra. Jové?”

Pues lo tengo claro. Yo preferiría mil veces antes a la Dra. Jové. Su comprensión de la realidad del sueño infantil, su acompañamiento en el proceso hasta que ya estuviera preparada para dormir por mi cuenta, y en definitiva, su humanidad y empatía, las prefiero mil veces a la ignorancia o tal vez indiferencia de las necesidades de un bebé planteada por el Dr. Estivill.

Así que decidí que le daría a mi hijo lo mismo que prefiero para mí, los cuidados y el acompañamiento explicados por la Dra Jové.

Y ahora, si quieres decidir qué método es mejor para vosotros para dormir a tu bebé, te puedes preguntar… ¿qué prefieres para tu hijo y que es lo que preferirías para ti?

Un abrazo y feliz crianza (te mando un suave susurro a tus oídos antes de despedirme: dormir cuando tu bebé duerme es el mejor consejo que he escuchado, porque la lavadora, los platos y el baño pueden esperar).

Aquí os dejo un link con el libro de Rosa Jové
Y otros mas.

https://skydrive.live.com/?cid=2639db78281853cf&id=2639DB78281853CF%212357&authkey=%21AN5KDJoD-wtPQ70#cid=2639DB78281853CF&id=2639DB78281853CF%212357&authkey=%21AN5KDJoD-wtPQ70

sábado, 6 de febrero de 2016

Calzado incorrecto en bebes

A pesar de las modas y los bonitos que puedan quedar los bebés con zapatos, no hay que dejar influenciarse por cuestiones estéticas. Es necesario la elección de un buen calzado, ya que este moldea el pie del niño hasta su completo desarrollo.

Expertos del hospital Nisa de Pardo de Caravaca, han dado su opinión acerca del calzado de los bebés y han recomendado que nunca se les ponga zapatos por muy a la moda que vayan con ellos.

Nunca calze a un bebé que no anda.

 

Elegir un calzado para nuestro bebé incorrecto puede incidir negativamente en el desarrollo de un órgano en constante evolución en el niño y entorpercer el desarrollo correcto. Javier Ferrer afirma "Calzar a un bebé, aunque resulte bonito es completamente perjudicial, ya que la estructura ósea del niño tarda en consolidarse completamente. así que si lo cubrimos cuando no se ha desarrollado estamos perjudicando su óptimo desarrollo"

El pie del niño puede tardar entre cuatro y cinco años para adquirir la forma y posición que tendrán sus pies cuando sean mayores. Entonces ¿que zapatos son los recomendados por su edad?

De 0 hasta que comienza a gatear: No se recomienda ningún calzado, basta con calcetines o patucos para protegerles del frío.

En la fase de Gateo: zapatos flexibles de tejidos nobles, que les protega de los golpes, siempre y cuando no les produzcan roces.

De 1 a 3 años: Zapatos de suela flaxible,aptos para cualquier terreno.

Otras recomendaciones son:

No usar calzado abotinado que restrinja la movilidad del tobillos
Suelas flecibles para permitir la movilidad de las articulaciones
Zapato ancho y largo, para poder mover los dedos libremente
Materiales transpirables y flexibles
Andar descalzo por terreno irregular favorece el desarrollo del niño.
Como hemos podido comprobar debemos tomar en cuenta diversos factores para poder comprar unos zapatos adecuados a nuestros niños y como nos recomiendan a los mayores, andar descalzos puede ser positivo para nuestros pies.

miércoles, 3 de febrero de 2016

Amamantar al bebé con el pezón plano o invertido

Uno de los problemas para brindar lactancia materna son los pezones planos y pezones invertidos, son una de las causas comunes por las que algunas madres deciden no amamantar a su bebé. Las madres creen que no podrán brindar el mejor alimento del mundo a su pequeño por estos problemas, es cierto que al no tener los pezones la forma cónica característica y su proyección hacia el exterior, se dificulta la lactancia, pero actualmente son problemas que se pueden remediar fácilmente y no sirven de excusa para no proporcionar lactancia.

Generalmente los pezones suelen proyectarse hacia el exterior ligeramente en reposo, cuando son estimulados por el bebé se hacen más prominentes para facilitar la lactancia, pero como hemos indicado, algunas mujeres tienen una variante anatómica que impide el agarre del bebé al pecho y por ello es necesario brindarles apoyo desde el primer momento para lograr amamantar con el pezón plano o invertido.

Cuando una madre observa que tiene este problema, lo mejor es hablar con el especialista para recibir el asesoramiento necesario a fin de lograr que el bebé pueda mamar, una vez que el pequeño se acostumbre, la forma del pezón ya no supondrá un problema para la lactancia. Conseguir el agarre del pecho desde el inicio, evitar las grietas o el dolor en los pezones es fundamental, para ello, algo que se debe hacer nada más nacer el bebé es colocarlo sobre el pecho de la madre para tener contacto piel con piel, posteriormente hay que procurar tener ese contacto el mayor número de horas posible.

Gracias a este comportamiento se puede favorecer el agarre espontáneo del bebé, algo que también se favorece si se ofrece al bebé el pecho en la denominada posición de crianza biológica o posición ventral, es la posición que adoptan las crías de los primates para amamantar. En esta posición la madre está semi acostada y el bebé frente al pecho, es una posición con la que puede mamar con eficacia y sin causar molestias a la madre, el único inconveniente es alguna limitación mecánica durante la succión, pero una vez que se acostumbre, podrá adoptar otras posiciones para ser amamantado.

Lo cierto es que cualquier posición que favorezca que el bebé pueda abrir bien la boca para poder abarcar el máximo de tejido areolar, favorecerá un agarre adecuado. La madre puede ayudar pinzando ligeramente el pezón sin interferir en el agarre, esta acción favorecerá el lanzamiento del pezón hacia el exterior y por tanto el agarre del bebé. Durante este proceso de aprendizaje para amamantar con pezón plano o invertido, es recomendable que no se ofrezca al bebé el biberón, tetinas u otros accesorios que pudieran interferir en el aprendizaje.

A todo lo mencionado, se pueden añadir algunas ayudas complementarias como la que brindan las curas para pezones planos e invertidos. Hablamos de Niplette, un accesorio que se puede utilizar unas semanas antes del nacimiento y que contribuye a modificar la forma de los pezones para que se mantengan erectos y listos para el agarre. Otro pequeño accesorio para ayudar a solucionar el problema es el denominado extractor de pezones, esta es una solución más económica que Niplette pero también efectiva. Como observación, hay que decir que existe el riesgo de que estas ayudas que hacen el vacío y extraen el pezón, pueden ser molestas e incluso en algún caso ocasionar daño en la delicada piel del pezón.

Hay que decir que estas ayudas deben ser retiradas en el momento en el que los bebés se enganchen, y una vez establecida la lactancia es recomendable evitar el uso de estos accesorios. De todos modos, lo mejor es seguir las recomendaciones antes citadas para lograr una lactancia efectiva sin complicaciones.