lunes, 23 de mayo de 2016

Todos me dicen como criar a mi hijo. BASTA!!

¡Qué malo es que todos te digan cómo criar a tu bebé! Esos que opinan sobre todo y que te dan consejos que nunca pediste. Durante mi embarazo la gente no paraba de darme “consejos” -cosa que agradezco- pero no todos eran buenos. La mayoría estaban sustentados en teorías extrañas.
¡Ni les cuento cuando parí! Ahí todo empeoró. Como estaba lactando, la mayoría de las personas no entendían que la leche que producía era suficiente para alimentarlo y que no le hacía falta consumir otra cosa sólida o líquida para abastecerlo. “Se te va a morir de hambre” y “dale comida a ese muchacho” fueron algunas de las cosas que me dijeron (lo hicieron hasta que vieron que fue ganando peso).


Algunos comenzaron a decirme cómo debía arroparlo para que no le diera gripe. Otros opinaban sobre si debía o no vacunarlo y muchos recomendaban en cuál religión debía educarlo.No faltaron aquellos que me instruían sobre cómo cargarlo y cuáles remedios caseros eran los ideales para atender emergencias. Estaba, como dicen en mi país, con un lado hinchado y el otro en proceso. O sea, estaba harta.
Como madre primeriza valoro los consejos de los que me rodean, pero hay ciertos límites. Una cosa es que te den un consejo y otra que te hablen como dándote instrucciones o como si ser madre primeriza fuera sinónimo de incompetencia. ¡Pues NO!


Te cuento que un día mi bebé no paraba de llorar. Hice de todo para calmarlo: lo lacté, cambié su pañal, lo cogí en mis brazos, le di un paseo, etc. Mi madre, al verme desesperada, me recomendó que le sacara los gases de una manera muy particular. El niño seguía llorando. Ahí se lo di a mi madre y ella -tal y como me había recomendado- le sacó dos gasesotes. El bebo se tranquilizó.
Dos cosas: (1) mi madre me aconsejó, pero me permitió resolver el asunto y (2) esperó a que yo tomara la decisión de entregarle al niño. Ese es el tipo de ayuda que necesitamos las madres primerizas. Lo que menos queremos es que nos estén diciendo qué hacer y cómo hacerlo, donde quiera que vayamos.


Cada madre, hijo y experiencia es diferente. Cada quien vive la maternidad a su manera.


AMO a las personas que son capaces de aconsejarme sin presionar.


VALORO que me ayuden sin hacerme sentir incapaz de cumplir mi trabajo como mamá.


AGRADEZCO que estén a mi lado y no se burlen de mis “errores” como madre primeriza.


Aprendía a ser tolerante y no contestar con mala actitud cada comentario o consejo fuera de lugar que recibía de algunas madres. Por más que ponga un detente a aquellos que se meten en mi vida y decisiones, siempre habrá quien quiera decirme cómo criar a mi hijo. Ni modo, inhalo paz y exhalo ansiedad.
Y tú, ¿has pasado por esto? ¿La gente te dice cómo debes llevar tu embarazo o cómo criar a tu bebé? ¿Cómo paras a los metiches? ¡Desahógate!

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